Sevilla echa de menos al Athletic: “No hay ni el tato en la final del Barça y el Madrid”

Una ciudad que aún recuerda una marea rojiblanca inolvidable

A veces, los recuerdos pesan más que el presente. Y eso es justo lo que ocurre ahora mismo en Sevilla, donde, a pocas horas de la gran final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Real Madrid, las calles lucen extrañamente vacías, faltas de la alegría y la pasión que inundaron la ciudad hace apenas un año con la marea rojiblanca del Athletic Club.

El contraste no puede ser más evidente. Sevilla, que vibró como nunca en 2024 con la hinchada athleticzale, hoy vive una final sin alma en sus calles. Un audio viral de un sevillano en una terraza, cerca de la Giralda, lo resume a la perfección:
“¡Vaya diferencia de aficiones! No hay ni el tato. Recuerda cómo estaba esta calle el año pasado, que no podíamos ni movernos. Pues este año no hay nadie. Están todos durmiendo en sus hoteles. Solo se oyen cuatro que cantan al Madrid y al Barça.”

Un recuerdo que sigue muy vivo en Sevilla

La invasión pacífica y festiva de los aficionados del Athletic dejó una huella imborrable en Sevilla. No fue solo la presencia masiva; fue la alegría, el colorido, el respeto y la pasión desbordada que convirtieron aquella final en una celebración que parecía de toda la ciudad.

Ese cariño no ha desaparecido. Los sevillanos siguen hablando de aquella jornada con nostalgia, y no es para menos: aquel día, Sevilla se tiñó de rojo y blanco, y cada rincón respiraba ambiente de final auténtica, de las que se sienten en el alma.

La Gabarra, la ría y un recuerdo que duele

Aquella historia terminó de manera épica: el Athletic campeón, la Gabarra surcando la ría de Bilbao con los héroes de Copa y miles de athleticzales celebrando un título que tardó décadas en llegar, pero que supo a gloria.

Quizás por eso, ahora que las calles hispalenses apenas sienten la presencia de los aficionados culés y merengues, la añoranza se hace aún más grande.
“A ver si volvéis pronto a otra final, que os echamos de menos,” concluye el sevillano en su mensaje.
Y no es una frase hecha. Es el sentimiento real de una ciudad que, por un fin de semana, también fue un poco rojiblanca.