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Ocio & Cultura

Guggenheim presenta las esculturas escondidas de Picasso

Jesús Carames

5 de septiembre de 2023 | 7:30 am

El prolífico artista Pablo Picasso que nos robó el corazón, no solo pintó, sino que también esculpió. Sobre el talento

Picasso: Más allá del pincel

Pablo Picasso, mundialmente reconocido por sus pinturas, también tuvo una profunda conexión con la escultura. Si bien su obra pictórica conquistó galerías y hogares, su producción escultórica permaneció en las sombras, siendo una manifestación íntima de su arte.

El secreto en sus manos

Mientras el mundo aplaudía sus lienzos, Picasso esculpía en silencio. Las 700 esculturas que se calcula realizó, a menudo permanecieron ocultas, revelando su celo y protección hacia esta disciplina. Este resguardo nos habla no solo de su pasión, sino también de la conexión personal que establecía con cada pieza.

Un viaje en el tiempo: Las esculturas a lo largo de su vida

Desde los inicios del siglo XX, Picasso ya exploraba la tridimensionalidad. Su evolución escultórica refleja una odisea que abarca desde el cubismo hasta la abstracción, pasando por lo primitivo y el objeto encontrado. Esta versatilidad, presente también en su pintura, confirma la innata capacidad del artista para reinventarse.

Las joyas de la exposición

El Museo Picasso Málaga y más tarde el Guggenheim Bilbao, rinden homenaje a esta faceta del artista con la exposición «Picasso escultor. Materia y cuerpo». Cada pieza es un testigo silente de su historia, su inspiración y su incansable búsqueda de nuevas formas de expresión.

  • «La dama oferente» evoca a las divinidades, reflejando su eterno interés por lo divino.
  • «Cabeza de mujer», una obra de 1909, transforma el rostro de Fernande Olivier en una sinfonía geométrica, fusionando pintura y escultura.
  • Las esculturas de Marie-Thérèse Walter, su joven musa, son testimonio de una pasión tanto artística como personal.

El arte en tiempos de guerra

El periodo de la ocupación alemana en Francia marcó profundamente a Picasso. A pesar de las adversidades y las limitaciones, siguió creando, ofreciendo al mundo piezas icónicas como el busto monumental de Dora Maar. Estas obras no solo reflejan su habilidad, sino también su resistencia y convicción.

Un adiós escultórico

La exposición culmina con «Cabeza de mujer (1962)», retratando a Jacqueline Roque. Esta pieza encapsula el viaje de Picasso por el mundo escultórico, un camino donde buscaba lo que la pintura no podía ofrecerle.

Conclusión

Descubrir a Picasso, el escultor, es sumergirse en una dimensión donde su arte se materializa de una forma diferente pero igual de apasionante. Es reconocer que, más allá del pintor célebre, había un artista completo cuyo amor por la creatividad no conocía límites ni disciplinas.

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