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Exterrorista sí pero exasesino no

María José Gonzalez

5 de junio de 2023 | 3:30 pm

El dolor silenciado: víctimas y verdugos en la memoria de Italia

Era una mañana de primavera en Milán, el 17 de mayo de 1972, cuando la violencia que arrasaba Italia durante los ‘años de plomo’ se llevó la vida del marido de Gemma Capra. Los terribles años en que el terrorismo político de las Brigadas Rojas y los crímenes de la mafia eran una constante, dejaron a Gemma viuda con 25 años y tres hijos. Su esposo, el comisario Luigi Calabresi, había sido señalado injustamente como el responsable de la muerte del anarquista Giuseppe Pinelli, y desde ese momento, llevaba a sus espaldas una sentencia de muerte.

La acusación injusta y la ejecución de Luigi Calabresi

El 15 de diciembre de 1969, Giuseppe Pinelli se precipitó al vacío desde una ventana mientras era interrogado por el atentado terrorista en la plaza Fontana, que dejó 17 muertos. Pinelli y Calabresi trabajaban juntos para calmar las tensiones en las calles de Milán y, aunque Calabresi no estaba presente en la habitación durante el fatal accidente de Pinelli, fue señalado como el responsable.

Esta falsa acusación desató una cruel campaña de desprestigio contra Calabresi, liderada por Lotta Continua, el órgano de comunicación de una organización ultraizquierdista del mismo nombre, y apoyada por intelectuales reconocidos. A pesar de las amenazas, Calabresi se negó a abandonar su puesto y, el 17 de mayo de 1972, fue ejecutado a tiros cerca de su hogar.

El silencio de las víctimas

Mario Calabresi, el hijo mayor de Luigi y actualmente periodista y exdirector de La Stampa y La Repubblica, ha dedicado gran parte de su vida a dar voz a las víctimas de la violencia y el terror. Con su libro Salir de la noche, busca contar la historia de su padre y reivindicar a todas las víctimas del terror.

Mario sostiene que las víctimas son a menudo silenciadas porque su historia no genera el mismo ruido que la de los perpetradores. Los periodistas y la opinión pública tienen la responsabilidad de dar voz a las víctimas y ayudarlas a ser escuchadas.

Verdad, justicia y memoria

Para Mario, la memoria es fundamental. No se trata de quedarse paralizado en el pasado, sino de recordar para poder seguir adelante. Afirma que es posible pasar página y construir una memoria compartida, pero solo si hay verdad, justicia y memoria.

Mario cree que los ex terroristas pueden reingresar en la vida pública si han pagado su deuda con la justicia. Pero hay una línea que no deben cruzar: el asesinato. Un ex terrorista nunca puede convertirse en un ex asesino. Aquello que han hecho es irreparable.

La importancia de las palabras

Mario subraya la importancia de llamar a las cosas por su nombre. El terrorismo no es una lucha armada. Las víctimas son víctimas, y su historia no debe ser omitida.

A pesar del dolor y el trauma que ha experimentado, Mario ha aprendido a seguir adelante. Mantiene una buena relación con Luca, el hijo de uno de los hombres condenados por la muerte de su padre. Y cuando tuvo que explicar a sus propias hijas lo que sucedió a su abuelo, se armó de valor para contarles la dolorosa verdad.

El legado de Luigi Calabresi, y las palabras de su hijo, son un recordatorio de la importancia de la verdad, la justicia y la memoria. Una llamada a recordar a las víctimas de la violencia y el terror, y a darles voz en nuestra sociedad.

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