23 de noviembre de 2024 | 1:39

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García Castellón sugiere llevar a juicio a seis integrantes de Sortu por 120 actos de recibimiento a ETA

García Castellón sugiere llevar a juicio a seis integrantes de Sortu por 120 actos de recibimiento a ETA (2)

Jeickson Sulbaran

4 de abril de 2024 | 11:56 am

La propuesta de juicio contra seis miembros de Sortu por homenajear a presos de ETA pone en el foco la delgada línea entre la libertad de expresión y la humillación a las víctimas del terrorismo

Seis personas, en su mayoría exmiembros de ETA, enfrentan la posibilidad de ser juzgadas por actos que la Audiencia Nacional considera como humillación continuada a las víctimas del terrorismo y enaltecimiento de dichas actividades. Manuel García Castellón, juez de la Audiencia Nacional, ha marcado un precedente al proponer este juicio basado en la organización de 120 eventos de bienvenida, conocidos como «ongietorri», dirigidos a presos de ETA entre 2016 y 2020.

Entre los investigados se encuentran figuras prominentes de la Comisión de Presos de Sortu, tales como José Antonio López Ruiz, Kubati, y Oihana Garmendia Marín, quienes, junto a otros tres, habrían orquestado estos actos siguiendo un meticuloso protocolo. Este esquema no solo definía a quiénes se rendía homenaje sino también cómo se debían llevar a cabo dichos actos, excluyendo a aquellos presos que se habían desvinculado del colectivo o acogido a vías de reinserción fuera del marco de ETA.

En el centro de la polémica, la Comisión de Presos de Sortu y su compromiso con la disciplina del colectivo

La controversia no se limita a la organización de los eventos, sino que se extiende a la percepción pública y el impacto en las víctimas del terrorismo. Estos actos, realizados en un contexto de búsqueda de paz y normalización en el País Vasco, reavivan el dolor de muchas familias y ponen en tela de juicio los esfuerzos de reconciliación.

A pesar de la intención de prorrogar la investigación para profundizar en la comunicación interna de Sortu y Sare, la Audiencia Nacional revocó esta decisión, marcando un importante hito en el caso. Este giro jurídico añade una capa de complejidad al ya de por sí delicado proceso de gestión del legado de ETA en la sociedad vasca.

En esta encrucijada legal, los ciudadanos de Bizkaia y del resto del País Vasco se enfrentan a la difícil tarea de equilibrar el respeto a la libertad de expresión con la necesidad de cerrar las heridas abiertas por décadas de violencia. El caso propuesto por García Castellón se convierte, así, en un espejo de las tensiones aún presentes en la comunidad y un recordatorio del largo camino hacia una paz duradera.

La decisión de la Audiencia Nacional: un reflejo de los desafíos en la reconciliación post-ETA

Como habitantes de una región que ha sido testigo del dolor más profundo pero también de la esperanza más sincera, la posible judicialización de estos actos nos obliga a reflexionar sobre nuestra historia reciente. La propuesta de juicio no es solo un procedimiento legal; es un momento definitorio en nuestra lucha colectiva por construir un futuro en el que el respeto mutuo y la convivencia pacífica sean los pilares de nuestra sociedad.

Este juicio, de materializarse, podría servir como un punto de inflexión, evidenciando la necesidad de una justicia que comenta García Castellón, si bien debe ser implacable con el terrorismo, también debe ser compasiva con aquellos que buscan genuinamente la redención. La tarea que tenemos por delante es monumental, pero es también una oportunidad para demostrar que el perdón y la memoria pueden coexistir, allanando el camino hacia una paz verdadera y duradera.

La sociedad vasca ante el espejo: memoria, justicia y reconciliación

Este caso no solo nos confronta con nuestro pasado sino que también nos invita a reflexionar sobre el tipo de futuro que queremos construir. La posibilidad de un juicio contra estos seis miembros de Sortu por enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas nos recuerda que el camino hacia la paz es sinuoso y que cada paso que damos debe ser meditado con el corazón y la razón en equilibrio. En Bizkaia, como en toda Euskadi, seguimos caminando hacia ese futuro, un paso a la vez, con la esperanza de que la justicia y la reconciliación nos guíen hacia una convivencia más armónica y justa.

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