8 de noviembre de 2024 | 4:03

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Hacienda española negocia en Bruselas cómo subir el impuesto de sociedades

Miguel Castillo

29 de octubre de 2023 | 1:00 pm

La fiscalidad europea está en pleno movimiento. Dentro de los pasillos de poder en la Unión Europea (UE), se discute con pasión el futuro de los impuestos sobre las grandes corporaciones. Pero, ¿qué significa esto para España y sus multinacionales?

Las Negociaciones Actuales

El ambiente estaba tenso en el XXXIII Congreso Nacional de Inspectores de Hacienda del Estado en Burgos. Allí, Jesús Gascón, el secretario de Estado de Hacienda, mostró su confianza en la próxima tramitación del ‘Pilar Dos’ relacionado con la fiscalidad de las grandes empresas. Claro, esto dependerá de si Pedro Sánchez finalmente asume el poder y forma un nuevo gobierno.

Ahora, aquí es donde las cosas se ponen interesantes. PSOE, junto con Sumar, recientemente delinearon su visión de un gobierno de coalición que promulgaría un tipo mínimo del 15% en el impuesto sobre Sociedades. Esto se basaría en los beneficios contables de las empresas. Mientras tanto, la UE corre contra el tiempo para cumplir con los acuerdos de la OCDE. El objetivo principal: limitar la evasión fiscal por parte de las grandes multinacionales.

La Postura Europea

Lo que se murmura en Europa es claro: hay que estar unidos y coordinados. La Comisión Europea está haciendo malabares diplomáticos para garantizar que todos los países miembros marchen al mismo ritmo. La razón es simple: evitar complicaciones con naciones que tienen una fiscalidad agresiva, que beneficia a las grandes corporaciones.

El ‘dumping fiscal’ es una táctica que ha causado tensiones dentro de la UE. Países como Irlanda y Países Bajos han sido atractivos para las multinacionales debido a sus generosos incentivos fiscales. Ahora, se espera que estas naciones sean reacias a los nuevos cambios propuestos o busquen formas de minimizar el impacto en sus propias economías.

El Reloj Tictaquea

El tiempo es esencial. Según los acuerdos con la OCDE, las normativas deben establecerse pronto para que la implementación comience en 2024. Sin embargo, las fuentes cercanas al Ministerio de Hacienda están nerviosas. La interinidad política ha dejado a España en una situación complicada, y ya casi estamos en noviembre.

Pero, aquí hay algo que quizás no sepas: la verdadera discusión no es si implementar estos cambios, sino cómo hacerlo. Las decisiones unilaterales son problemáticas, como vimos con la Tasa Google y la respuesta de Estados Unidos.

El Dilema de las Grandes Corporaciones

Es un hecho: las empresas más grandes serán las más afectadas. Estas multinacionales, que generan enormes beneficios en el extranjero, podrían ver un cambio en cómo se gravan esos ingresos. Por otro lado, las empresas más pequeñas, sin grandes ingresos del exterior, pueden respirar un poco más tranquilas.

Pero aquí viene el giro. ¿Sabías que esas ganancias obtenidas en el extranjero ya habían sido gravadas? Este es solo uno de los muchos puntos de fricción que los expertos anticipan. De hecho, muchos creen que puede pasar hasta dos años antes de que veamos cualquier cambio real.

La complejidad es una barrera. La implementación de este tipo de reformas requiere un delicado equilibrio y un detallado análisis. Sin mencionar que el Congreso de los Diputados, bastante fragmentado, podría complicar aún más las cosas.

Conclusión

La fiscalidad es, sin duda, un tema espinoso y complejo. Lo que está claro es que la UE y España están en medio de una danza diplomática y financiera. Solo el tiempo dirá cómo se desarrollará esta melodía fiscal y qué acordes finales resonarán en los pasillos del poder europeo y español. ¿Estaremos listos para el cambio? Solo el tiempo lo dirá.

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