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Primeras multas por la Ley de bienestar animal

Nueva normativa animal en España.

Jeickson Sulbaran

2 de octubre de 2023 | 7:05 pm

España toma medidas enérgicas en pro del bienestar animal con la reciente implementación de la Ley de Bienestar Animal. Con el objetivo de garantizar la protección y el bienestar de los animales, esta norma ha dado mucho de qué hablar, especialmente por su impacto inmediato en la sociedad.

Entendiendo la nueva ley de proteccion animal

Esta legislación se encuentra entre las más estrictas de Europa y su propósito es eliminar la negligencia y el abuso hacia los animales de compañía. Uno de sus apartados más polémicos es el que impide a los propietarios dejar a sus animales atados o sueltos sin supervisión fuera de cualquier establecimiento. Las multas para quienes infrinjan este apartado pueden alcanzar hasta 10.000 euros.

El caso de la joven de Vigo, quien dejó a su dálmata atado frente a una farmacia, ha sacado a la luz las posibles implicaciones de la ley para el ciudadano común. Con una multa de 500 euros impuesta en su contra, se inicia una nueva era de vigilancia y regulación en lo que respecta al trato de los animales.

Ingreso y redistribución de las multas

Una característica destacada de esta ley es que los ingresos derivados de las multas se destinan a «actuaciones que tengan por objeto la protección de los animales». Esto indica el compromiso del gobierno en reforzar no solo la penalización, sino también en la reinversión en pro del bienestar animal.

Otras regulaciones en la nueva norma

Además de las multas por dejar animales sin supervisión, se ha tomado una postura clara contra prácticas como el uso del ‘collar de ahogo’. Con 13 millones de animales de compañía en España, es esencial que las regulaciones sean claras y específicas para evitar daños a las mascotas.

Vacíos en la ley y su implementación

A pesar de la noble intención detrás de esta legislación, existen zonas grises que han levantado inquietudes entre la población. La falta de desarrollo de reglamentos esenciales, como aquel que estipula un curso obligatorio para ser propietario de una mascota, deja en evidencia que aún hay trabajo por hacer.

Es fundamental que estas regulaciones secundarias se desarrollen de manera oportuna para evitar confusiones y garantizar que la ley se aplique de manera justa y efectiva. La comunicación abierta entre las autoridades y la ciudadanía es crucial para que esta transición sea fluida y eficaz.

Conclusión

Mientras España se esfuerza por establecer un estándar elevado en la protección animal, es esencial que la implementación de esta ley sea meticulosa y reflexiva. La finalidad última es garantizar el bienestar de los animales sin causar molestias innecesarias o confusiones entre los ciudadanos. La colaboración entre la sociedad y las autoridades será clave para el éxito de esta iniciativa.

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