24 de noviembre de 2024 | 9:43

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Son derechos, no obligaciones

Jeickson Sulbaran

15 de septiembre de 2023 | 9:00 pm

En la siempre activa esfera política y social de España, hay un hilo conductor que une múltiples debates recientes: la naturaleza y propósito de ciertos derechos. Lo que muchos olvidan es que estos derechos, aunque protegidos y garantizados, no imponen una acción, sino que brindan una elección.

El significado real de un derecho

En el corazón de las democracias modernas, la idea de derechos fundamentales es sencilla: ofrecer a los ciudadanos una variedad de opciones protegidas legalmente, permitiendo libertades individuales.

Derechos vs. Obligaciones

Hay una diferencia fundamental entre un derecho y una obligación. Un derecho otorga la libertad de elección, mientras que una obligación impone una acción o comportamiento específico. Esta distinción, a menudo pasada por alto, es crucial para comprender el verdadero significado y propósito de los derechos en nuestra sociedad.

Ejemplos clave de malentendidos

Algunos de los derechos más debatidos en España, a menudo malinterpretados como imposiciones, incluyen:

  • Divorcio: No obliga a nadie a poner fin a su matrimonio, pero ofrece una vía legal para aquellos que deciden hacerlo.
  • Aborto: No impone la terminación del embarazo, sino que da una opción segura y legal a quienes, por diversas razones, deciden ejercerlo.
  • Matrimonio igualitario: No obliga a nadie a casarse con alguien del mismo sexo, pero garantiza ese derecho a quienes desean hacerlo.
  • Eutanasia: No fuerza a nadie a terminar su vida, pero proporciona una opción legal y digna para aquellos que enfrentan enfermedades terminales y dolor insufrible.

Ser constitucionalista: una defensa de las libertades

El concepto de «ser constitucionalista» ha sido objeto de debate y discusión en la política española. Sin embargo, en su esencia, ser constitucionalista significa defender y respetar los derechos y libertades consagrados en la Constitución.

El desafío político

Es inevitable que diferentes partidos y figuras políticas tengan opiniones divergentes sobre ciertos derechos. Sin embargo, es esencial recordar que criticar o rechazar un derecho no lo convierte en una obligación. Las decisiones individuales, protegidas por la ley, deben ser respetadas independientemente de las inclinaciones políticas.

Conclusión: En una sociedad democrática y diversa como España, es fundamental comprender y respetar la diferencia entre derechos y obligaciones. Los derechos son elecciones protegidas, no mandatos. Defender estos derechos, incluso si uno elige no ejercerlos personalmente, es un pilar del verdadero constitucionalismo y un reflejo de una sociedad que valora y protege las libertades individuales.

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