Víctimas de pederastia clerical critican la ‘hipocresía’ de los obispos reclaman justicia no limosnas

Supervivientes de abusos por parte del clero exigen acciones concretas, no solo palabras

La falta de acción concreta y la hipocresía en la gestión de casos de pederastia clerical ha despertado una vez más la indignación de las víctimas. En una reciente declaración pública, organizaciones como Infancia Robada y Lulacris han expresado su frustración y descontento tras las últimas palabras del presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello. Durante un encuentro con el Papa Francisco, Argüello sugirió que las reparaciones económicas son competencia de los tribunales, una posición que las víctimas consideran evasiva y que minimiza la responsabilidad directa de la Iglesia.

El compromiso de escuchar y reparar a las víctimas parece quedarse solo en palabras. Aunque la nueva cúpula de la Iglesia española se comprometió a incluir a las víctimas en las decisiones sobre planes de reconocimiento y reparación, las recientes declaraciones han demostrado lo contrario. Las asociaciones de víctimas han señalado que no se trata solo de indemnizaciones económicas, sino de un reconocimiento real del daño causado y de la implementación de medidas que garanticen la no repetición de estos crímenes.

Las víctimas reclaman un cambio radical en la atención y tratamiento de sus casos

Critican las oficinas de atención a las víctimas establecidas por las diócesis, que en muchos casos han sido ineficaces y hasta contraproducentes. Subrayan la necesidad de una gestión que no solo cumpla con los requisitos mínimos, sino que realmente busque reparar el daño y asegurar la justicia.

Es imprescindible una verdadera reparación que vaya más allá de lo espiritual. La insistencia en la reparación espiritual como suficiente es vista por las víctimas como una forma de evadir las responsabilidades más profundas. Reclaman que la Iglesia no solo se limite a este tipo de compensación, sino que aborde integralmente la reparación, incluyendo compensaciones materiales adecuadas para aquellos cuyos casos han sido prescritos o no han sido llevados ante la justicia.

Transparencia y compromiso real son esenciales para avanzar

Las víctimas exigen que cualquier plan futuro incluya una participación activa de los afectados en todas las fases del proceso y que se establezcan medidas concretas y transparentes. Además, proponen la creación de un Estatuto de la Víctima en el orden canónico que sea dinámico y capaz de adaptarse a medida que se desarrollen los eventos y surjan nuevas necesidades.

En este contexto de promesas incumplidas y acciones insuficientes, el comunicado de las víctimas no solo refleja un profundo descontento con la gestión actual, sino también un llamado urgente a la Iglesia para que asuma su responsabilidad de manera integral y respetuosa, honrando así su misión y los valores que predica.