Desmontando tópicos de Bilbao, con dos cataplines

Dicen de los bilbaínos que son muy fríos, pueblerinos y sin sentido del humor… También se comenta que las mujeres de tan noble villa son estrechas y poco agraciadas físicamente. A veces incluso se reconoce al bilbaíno por ser un tipo agresivo y exagerado pero, ¿son todos estos tópicos aplicables a los nacidos en Bilbao? Este artículo viene a desmontar todas estas teorías realizadas en torno a los defectos de la sociedad bilbaína. Todo comenzó con un «¿A qué no hay huevos?», el tópico más internacional que define a un habitante de Bilbao.

El bilbaíno puede que en un primer momento sea frío. Introvertido por naturaleza pero con un buen corazón. Tan solo unos pocos minutos bastan para conseguir la amistad de un nacido en Bilbao, una amistad de esas que son para toda la vida. Tras haber logrado hacer migas con un bilbaíno, uno rápidamente se da cuenta de que es un ser encantador, abierto y solidario.

También dicen que no tienen sentido del humor, pero lo cierto es que son los primeros en reírse de uno mismo. ¿Quién no conoce un chiste sobre bilbaínos? Probablemente todos conozcamos un Patxi o un Koldo protagonistas de una historia desternillante. Programas como Vaya Semanita han ayudado también a exportar la gracia bilbaína, y la vasca por ende, a todos los rincones del mundo. Los chistes de los bilbaínos, principalmente, tratan sobre lo exagerada que es la gente de Bilbao. Desde cortar árboles con una motosierra apagada hasta  ser capaces de apostar cien millones en la lotería para que les toque un premio.

Si, exagerado sí que es el bilbaíno. Las bilbaínadas son una característica famosa de la noble Villa. Gracias a estas exageraciones tenemos el Museo Guggenheim de Bilbao, una caseta vanguardista de titanio construida para un perro floreado con unas medidas impresionantes (1240x910x850). También ha habido fiascos, como es el caso del Bilbao Exhibition Center. Pese a que ésta se sitúe en Barakaldo, la feria de muestras más grande de España forma también parte de una de estas grandes costumbres de un nacido Bilbao. Como diría el chiste, «El ego es ese pequeño bilbaíno que todos llevamos dentro».

Las bilbaínas son feas y estrechas y encima no se liga.  Bilbao tiene una mala fama en cuanto a las mujeres, pero lo cierto es que la mujer bilbaína no es estrecha, es un tesoro al que hay que encontrarle la llave indicada a base de esfuerzo y tesón, ¿Qué gracia tendría si todo fuera sencillo en ésta vida? ¿Feas? Tampoco, claro ejemplo de ello es que una de nuestras bilbaínas, Inés Sainz Esteban, logró ser Miss España en 1997. Mujer bilbaína, guapa, y del Athletic Club, como no.

Ser del Athletic Club es sagrado. Tanto el Athletic como su catedral, San Mamés, que ha visto como tras cien años de historia se ha convertido en un nuevo y futurístico estadio acorde al nuevo y vanguardista Bilbao. El brillo del nuevo San Mamés sobre la ría de Bilbao crea una sintonía entre modernidad y lo tradicional, algo muy poco común en las grandes ciudades europeas.

Porque Bilbao tiene todo lo mejor de una ciudad y de un pueblo. Por lo tanto, un bilbaíno no es un pueblerino. Es capaz de ser el más moderno (Torres Isozaki, Iberdrola, Zubizuri, Guggenheim…) y el más tradicional (Puente de San Antón, Teatro Arriaga o Iglesias como la Catedral de Santiago y la Estación de la Concordia).

Y como no, una buena ciudad debe tener una buena cultura gastronómica, como es el caso de Bilbao. Entre los tópicos que se les atribuye encontramos el de que a los bilbaínos les encanta comer mucho y bien, y en eso no se equivocan. Una variedad increíble de los más selectos pintxos hacen de Bilbao un buen reclamo turístico.

Una ciudad especial llamada Bilbao, una ciudad entrañable que nada tiene que ver con los tópicos que se le atribuyen. Bilbao tiene fiesta, cómicos, cultura, modelos, vanguardia, deporte y una oferta con gran variedad de actividades. Hay un Bilbao para cada bilbaíno. Una ciudad diferente para cada uno, pero querida por todos.