3 de mayo de 2024 | 3:16

Bizkaia

La Ertzaintza investiga a dos jugadores del Athletic por concentración en público sin permiso

La Ertzaintza investiga a dos jugadores del Athletic por concentración en público sin aviso

María José Gonzalez

10 de abril de 2024 | 4:35 pm

Dos futbolistas del Athletic enfrentan expediente por una celebración no comunicada

La noche del sábado en Bilbao se transformó en una viva imagen de júbilo y comunidad. El centro de la ciudad, usualmente tranquilo y solemne, se llenó de cánticos, risas y el sonido inconfundible de la charanga. Los protagonistas de este improvisado festejo fueron algunos jugadores del Athletic Club, quienes, tras una victoria significativa, decidieron compartir su alegría de manera espontánea con quienes consideran su extensa familia: los aficionados.

Sin embargo, esta espontaneidad tan característica de nuestra cultura, se encuentra ahora bajo el escrutinio del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco. La noticia de que dos jugadores han sido expedientados por liderar esta concentración no comunicada ha generado un debate en toda la provincia de Bizkaia. ¿Es este un caso de fervor futbolístico que trasciende las normas, o un simple descuido en la observancia de las leyes que rigen nuestras libertades públicas?

La celebración que nos une, la normativa que nos regula

La kalejira que se desató en las calles del corazón de Bilbao no solo demostró el profundo vínculo entre el equipo y su afición, sino que también puso de manifiesto la complejidad de mantener un equilibrio entre la expresión pública espontánea y el cumplimiento de las regulaciones establecidas. La ‘ley mordaza’, como coloquialmente se conoce a la Ley de Seguridad Ciudadana, establece claramente la necesidad de comunicar con antelación cualquier tipo de reunión o manifestación en espacios públicos. Este requisito, diseñado para garantizar la seguridad y el orden, contrasta con la naturaleza impulsiva de las celebraciones deportivas, donde el corazón a menudo guía la acción, dejando a un lado la razón.

Dos futbolistas del Athletic enfrentan expediente por una celebración no comunicada

La respuesta de la comunidad ante la apertura de este expediente ha sido variada. Mientras algunos ven en esta acción una medida necesaria para el mantenimiento del orden público, otros la interpretan como una restricción innecesaria a la expresión de la alegría colectiva. Este incidente nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras leyes se aplican en situaciones donde la emoción y la espontaneidad juegan un papel principal. ¿Cómo podemos encontrar el justo medio entre la libertad de expresión y la necesidad de regulación?

Lo cierto es que este episodio ha logrado algo muy importante: ha demostrado la indiscutible pasión que el fútbol despierta en nuestras vidas. La imagen del capitán Iker Muniain, siendo elevado por la multitud, no solo simboliza el triunfo deportivo, sino que también refleja la profunda conexión que existe entre un equipo y su afición. Esta conexión, forjada en victorias y derrotas, va más allá de cualquier normativa.

La búsqueda de un equilibrio

Al final, la cuestión que surge de este incidente trasciende el ámbito deportivo. Se trata de entender cómo nuestras normas y leyes interactúan con las manifestaciones espontáneas de alegría y comunidad. La clave, quizás, radique en buscar mecanismos que permitan tanto la celebración de estos momentos compartidos como la garantía de seguridad y orden para todos.

Mientras tanto, el expediente abierto a los dos jugadores del Athletic Club permanece como un recordatorio de que, en una sociedad regida por leyes, incluso la expresión más genuina de felicidad debe encontrar un camino dentro de los marcos establecidos. Este evento, lejos de dividirnos, debe servirnos como punto de partida para un diálogo constructivo sobre cómo nuestras tradiciones y normas pueden coexistir armoniosamente, respetando tanto el espíritu de la comunidad como la estructura que nos mantiene seguros.

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