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Jon Rahm: El rugir de un león que no cede en su territorio

Rahm entrena en Roma previo a la Ryder con Europa.

Mairenis Gómez

15 de octubre de 2023 | 9:04 pm

Jon Rahm, el querido ‘León de Barrika’, es una figura que ha despertado el respeto y la admiración, no solo del país Vasco, sino de toda España y, diría yo, del mundo del golf en su totalidad. Este formidable golfista, nacido y criado en las verdes tierras de Barrika, ha demostrado una y otra vez que la pasión, determinación y una pizca de audacia, forman la receta perfecta para construir un legado en el deporte. Sin embargo, hasta los leones enfrentan pruebas que les obligan a retroceder, aunque sea momentáneamente.

Una Última Jornada para el Recuerdo

Pese a empezar a una distancia preocupante de nueve golpes del líder, Matthieu Pavon, Rahm se presentó en la última jornada del Abierto de España con una mirada que decía más que mil palabras. Esos ojos reflejaban la pura determinación de alguien que no ve la derrota como una opción.

El Relato de Nueve Hoyos Memorables

En la primera mitad del recorrido, Rahm deslumbró a todos, entregándonos un espectáculo de 30 golpes, un impresionante -6 bajo par, con seis birdies que nos dejaron sin aliento y ansiosos por más. ¿Saben eso que dicen de que el hogar proporciona una especie de poder místico? Bueno, quizás, solo quizás, hubo un poco de esa magia vasca en el aire esa mañana en el Club de Campo Villa de Madrid.

Sin embargo, la vida, al igual que el golf, es impredecible. Un giro inesperado puede esperarnos en cualquier esquina, o en este caso, en cualquier hoyo. La segunda mitad del recorrido nos mostró un Rahm luchando para mantener el ímpetu, equilibrando un bogey con un birdie y manteniéndose a la par hasta el final.

El Dolor de lo que Pudo Haber Sido

La gloria no estaba destinada para nuestro ‘León’ en esta ocasión. Aunque Rahm terminó con una tarjeta notable de 270 golpes (-14), se quedó a la sombra de la victoria, y sus sueños de superar las tres victorias de Severiano Ballesteros en el Abierto de España tendrán que esperar.

“Ha sido un buen día,» expresó Rahm, reflejando en sus palabras la melancolía de lo que pudo haber sido, una mezcla de orgullo y un sutil atisbo de decepción. Aquí yace el corazón de un verdadero campeón, nunca satisfecho, siempre buscando ese algo más, ese algo que separa a los grandes de los legendarios.

Entre la Admación y la Esperanza de un Futuro Triunfo

Aunque no se llevó el trofeo a casa, Rahm nos regaló algo igualmente espectacular: una lección de perseverancia y un recordatorio de que en el deporte, la verdadera magia yace en la jornada, no siempre en el resultado final.

El público, que aplaudió fervientemente, no celebraba simplemente los logros del día, sino que honraba a un atleta que ha entregado su corazón y alma al deporte que amamos. Rahm, mientras tanto, se resignó con humildad y agradecimiento, pero no dudemos ni por un segundo que este león volverá a rugir.

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