30 de abril de 2024 | 10:36

Deportes

Pasillo al Athletic campeón

Jesús Carames

14 de abril de 2024 | 6:55 pm

La jornada en San Mamés no solo fue un mero encuentro de fútbol, sino una celebración de la historia y la tradición futbolística, donde se honró al Athletic Club por su reciente victoria en la Copa del Rey. El acto comenzó con un emotivo pasillo de honor realizado por el Villarreal CF, dirigido por Marcelino García Toral, un entrenador profundamente vinculado con el fútbol vasco y que conoce bien la intensidad y la pasión que rodean a estos encuentros.

El homenaje se amplificó con la participación de los legendarios campeones del Athletic de 1984, quienes también formaron un pasillo, reviviendo el espíritu de una de las épocas más gloriosas del club. Estos veteranos, que una vez hicieron vibrar a San Mamés, se alinearon en el campo para aplaudir y recibir a los actuales titulares, creando un puente generacional que simbolizó la continuidad y el legado del club.

La presencia de estos ídolos añadió una capa extra de significado al evento, enlazando el pasado triunfante con el presente victorioso del Athletic. El estadio se convirtió en un escenario de ovaciones no solo por los logros deportivos, sino por representar una identidad y una cultura que se extienden más allá del terreno de juego.

Marcelino, por su parte, expresó su admiración y respeto hacia el equipo rojiblanco, reconociendo el esfuerzo y la calidad que llevaron al Athletic a levantar la copa. Su regreso a Bilbao fue emotivo, dado su pasado con el club y los recuerdos de los desafíos enfrentados en finales anteriores. Esta visita no solo fue una vuelta a casa en un sentido profesional, sino también un reencuentro con una afición que respeta profundamente su contribución al fútbol local.

El gesto del pasillo, que tiene sus raíces en la deportividad y el respeto entre rivales, ha sido una tradición que el Athletic Club innovó en 1970. Este acto de caballerosidad ha perdurado a través de las décadas, simbolizando los valores de respeto mutuo y deportividad que el fútbol, en su ideal más puro, aspira a promover.

El encuentro entre Athletic y Villarreal, más que un partido, fue un testimonio de la rica historia futbolística de Bilbao y un recordatorio de que el deporte es, en su esencia, una celebración de la comunidad y la continuidad histórica. San Mamés no solo fue testigo de un partido de fútbol, sino de una conmemoración de las tradiciones que hacen grande a este deporte.

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