27 de mayo de 2024 | 2:05

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Epidemia de fentanilo eleva dramáticamente muertes por sobredosis en Estados Unidos

Mairenis Gómez

6 de mayo de 2024 | 4:30 pm

Una epidemia silenciosa: el fentanilo como catalizador de una crisis de sobredosis sin precedentes

Cada día, cerca de 150 personas pierden la vida en Estados Unidos debido a sobredosis relacionadas con opioides, especialmente el fentanilo. Este alarmante dato proviene de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que también señalan un descenso en la esperanza de vida del país al nivel más bajo en dos décadas durante 2021. La situación se agrava por la convergencia de la pandemia de COVID-19 y el aumento en las muertes por sobredosis. Originariamente usado en el ámbito médico como analgésico, el fentanilo es un opioide sintético que destaca por su potencia, hasta cincuenta veces superior a la de la heroína, lo que facilita su uso ilegal y su mezcla con otras drogas, incrementando su peligrosidad.

Impacto geopolítico y cambios en la cadena de suministro

La producción y distribución de fentanilo también tiene una dimensión geopolítica considerable. Entre 2013 y 2019, Estados Unidos recibía los componentes químicos necesarios para la fabricación de fentanilo principalmente de China. Sin embargo, tras las medidas adoptadas por las administraciones de Obama y Trump, China cesó la exportación directa a Estados Unidos en 2019, redirigiendo estos envíos hacia México, que ahora se ha convertido en el principal proveedor de fentanilo consumido en Estados Unidos. Esta situación refleja la complejidad del problema y el desafío que representa para las políticas de control de drogas.

Contraste entre Estados Unidos y Europa

A diferencia de Estados Unidos, Europa enfrenta un riesgo menor de una epidemia de fentanilo gracias a sistemas de salud más robustos, que incluyen monitoreo y restricciones en la prescripción de opioides, además de tratamientos accesibles contra la drogadicción. En Estados Unidos, la falta de atención primaria y la facilidad de acceso a opioides prescritos ha generado un ciclo de adicción que muchos pacientes no logran romper, recurriendo eventualmente al mercado ilegal.

Cada día, cerca de 150 personas pierden la vida en Estados Unidos debido a sobredosis

Reacciones gubernamentales y consecuencias de la pandemia

Por su parte, la respuesta del gobierno estadounidense ha incluido la imposición de limitaciones en las prescripciones de opioides, que se han reducido casi un 45% desde su pico en 2012. No obstante, las muertes por sustancias sintéticas, excluyendo la metadona, crecieron un 22% en 2021. La pandemia de COVID-19 exacerbó aún más la crisis, con un aumento significativo en el consumo de fentanilo, interrupciones en las cadenas de suministro y cambios en los patrones de consumo debido al aislamiento social. Esto, sumado a la crisis socioeconómica que aumentó el desempleo y la pobreza, ha complicado aún más la situación, dejando a Estados Unidos frente a una nueva epidemia de sobredosis que parece superar crisis previas como la oxicodona en los años noventa y la llamada Guerra contra las Drogas.

En este contexto, el país lucha por superar una crisis que ha sido descrita por muchos como el «enemigo público número uno», evidenciando la urgente necesidad de políticas más efectivas y de un enfoque integral que incluya no solo medidas de control, sino también soporte y rehabilitación para las personas afectadas.

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