3 de mayo de 2024 | 9:16

Bilbao

El OpenCor de Bilbao pasa olímpicamente del euskera

Miguel Castillo

7 de mayo de 2021 | 10:30 am

Muchos clientes se quejan de la pasividad del supermercado con la cultura local

El Opencor es un supermercado que pertenece al Corte Inglés. Se trata de un establecimiento que suele comprender un poco de todo y que abre hasta altas horas (cuando no había toque de queda) e incluso domingos o festivos. Es, digamos, una especia de chino de alto nivel. Encuentras de todo, incluso cuando el resto de establecimientos han cerrado. Una empresa global que no piensa en las pequeñas injerencias locales.

Porque en Bilbao y Bizkaia, cualquier empresa que se quiera asentar debe tener claro que el euskera es la lengua que hablan muchos vascos y vascas. Sin embargo, muchos clientes se quejan de que en Opencor de Bilbao nadie atiende en euskera, pero van mucho más allá.

Opencor
El Opencor pasa de la cultura local

Opencor deja de lado la literatura vasca

Opencor es como decíamos una especie de supermercado pequeño pero con todo tipo de artículos. Desde alimentación, a música, videojuegos, informática o librería. Es como un pedacito del Corte Inglés en un establecimiento más coqueto.

Sin embargo, muchos clientes de Bilbao se quejan que en la sección de librería no hay absolutamente nada en euskera. Es más, una sección infantil, con cuentos de todo tipo, tampoco tienen nada en euskera. Sabiendo que hay una escolarización masiva en euskera y que, por tanto, es una necesidad de sus clientes.

Sin cercanía no hay éxito

Casualidades de la vida, o no, esta empresa no ha sido rentable para El Corte Inglés, que ha anunciado hace poco que tendría que liquidar. Y es que este tipo de establecimientos que puede haber debajo de tu casa, también deben tener en cuenta el feeling con los clientes.

Si vas a Barcelona debes tener en cuenta la cultura catalana, en Bilbao la vasca y en Tenerife la canaria. Porque los clientes, si notan esa cercanía, van a volver. Pero si no sienten ese afecto, o esa preocupación por el lugar donde trabajan, tarde o temprano están condenadas al fracaso.

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