Viento en aeropuerto de Santander peor que en Bilbao

Cantabria y Bizkaia se han visto envueltas en un manto de viento que ha alterado la cotidianidad de sus habitantes y viajeros. Este jueves, el viento se ha convertido en el protagonista indiscutible en el norte de España, afectando especialmente a Cantabria. Dos vuelos, uno procedente de Barcelona y otro de Marrakech, con destino a Santander, han sido testigos de la fuerza del viento, obligándolos a ser desviados a otros aeropuertos. El vuelo de Vueling, que debía aterrizar en Santander a las 8.10 horas, ha tenido que cambiar su rumbo hacia Bilbao, mientras que el vuelo de Ryanair procedente de Marrakech, previsto para aterrizar a las 8.20 horas, ha sido redirigido a Oporto.

Esta situación no es un hecho aislado. La intensidad del viento ha estado presente en la región durante los últimos días. Aunque hoy no se compara con la fuerza que se vivió el pasado martes en Bizkaia, donde incluso algunos centros comerciales tuvieron que ser evacuados, el viento sigue siendo un factor disruptivo. En Bilbao, las ráfagas de viento han obligado a los transeúntes a esforzarse para caminar por ciertas calles desde temprano.

El impacto del viento en las operaciones aéreas

La fuerza del viento ha tenido un impacto directo en las operaciones aéreas de la región. Los aeropuertos se han visto en la necesidad de adaptarse rápidamente a estas condiciones adversas para garantizar la seguridad de los pasajeros y las tripulaciones. El desvío de vuelos es una medida de precaución común en estas situaciones, pero no deja de ser una muestra de cómo el clima puede afectar de manera significativa a la logística de transporte.

Estos desvíos no solo implican cambios en los itinerarios de los pasajeros, sino también retos logísticos para las aerolíneas y los aeropuertos involucrados. Coordinar estos cambios repentinos requiere de un trabajo meticuloso y eficiente por parte de todos los actores del sector aéreo.

Bizkaia y su lucha contra el viento

Mientras tanto, en Bizkaia, aunque la intensidad del viento no ha alcanzado los niveles del martes pasado, sigue siendo un desafío para los habitantes y las actividades diarias. Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología, había pronosticado vientos del suroeste algo intensos durante la primera mitad del día. Esta predicción se ha materializado en ráfagas que han complicado desde el simple acto de caminar por las calles hasta el funcionamiento normal de ciertas infraestructuras.

La respuesta de los ciudadanos y las autoridades locales frente a estos fenómenos climáticos es un ejemplo de adaptación y resiliencia. A pesar de las dificultades, la vida continúa, adaptándose a las circunstancias y mostrando la capacidad de superar los retos que impone la naturaleza.

El viento ha sido un actor determinante en el norte de España, impactando de manera más severa en Cantabria, en particular en el aeropuerto de Santander, en comparación con lo experimentado en Bilbao. Estos eventos climáticos ponen de manifiesto la fuerza impredecible de la naturaleza y subrayan la necesidad de estar adecuadamente preparados para afrontar estos retos, tanto en operaciones terrestres como aéreas.