Desafío y belleza: Etapa 3 del tour de Francia en País Vasco

Tour de Francia etapa 3: Esplendor paisajístico y exigencia en la ruta

La Etapa 3 del Tour de Francia, que se celebra hoy, enfrenta a los ciclistas a un desafiante recorrido de 187 kilómetros entre Amorebieta-Etxano y Baiona. Este trayecto no solo pone a prueba la resistencia y destreza de los participantes, sino que también les sumerge en un deslumbrante escenario natural, atravesando áreas de gran relevancia paisajística y cultural en la región vasca.

Montañas y costa: Un escenario de ensueño

Las primeras cotas de esta etapa, Trabakua y Milloi, ofrecen retos significativos en ascenso, mientras que la belleza de la costa cantábrica proporciona un telón de fondo espectacular. Tras unos 80 kilómetros, el pelotón cruza localidades icónicas como Lekeitio, Ondarroa, Zarautz y Donostia, antes de llegar a Irun, donde se despide de Euskadi en dirección a Baiona.

Durangaldea: Naturaleza e historia en armonía

El inicio del itinerario se desarrolla por Durangaldea, una comarca que combina la belleza de la naturaleza con la riqueza histórica. Destacan el Parque Natural de Urkiola y la cima de Anboto, así como núcleos rurales con encanto como Atxondo y villas con un notable patrimonio arquitectónico, como Elorrio y Durango.

Geoparque de la Costa Vasca: Un libro abierto de la historia de la Tierra

El Geoparque de la Costa Vasca es un territorio que se extiende entre el mar Cantábrico y las montañas vascas, incluyendo los municipios de Zumaia, Deba y Mutriku. Sus acantilados guardan una espectacular formación de capas de roca conocidas como flysch, que revelan más de 60 millones de años de la historia de la Tierra.

Hondarribia: Última joya antes de cruzar la frontera

En la frontera con el País Vasco francés, los ciclistas encuentran Hondarribia, una localidad costera de singular belleza y encanto. Es un último regalo de la región a los ciclistas antes de cruzar hacia el territorio francés en su camino hacia Baiona.

Baiona: El fin de un trayecto inolvidable

Al finalizar la etapa en Baiona, los ciclistas habrán atravesado un recorrido lleno de desafíos, belleza y cultura. Esta Etapa 3 del Tour de Francia no solo será recordada por su exigencia, sino también por la riqueza del paisaje y el patrimonio que ha rodeado a los participantes a lo largo de los 187 kilómetros.