Irene Montero reconoce la derrota ante Yolanda Díaz

Montero, la heroína feminista que no fue, se sienta en la periferia de la escena política. La decisión de Yolanda Díaz de mantener su veto en las listas de Sumar, ha lanzado al estrellato un drama político lleno de desafíos y traiciones. El veto a Montero parece representar un juicio a su papel de liderazgo, una lucha de poder interna que ha capturado la atención de la nación.

El «Veto Injusto» y el Silencio de Díaz

Montero lamenta el «veto injusto» y culpa a Díaz de su exclusión de las listas. Sin embargo, Díaz permanece notablemente silenciosa, lo que implica que se trata de una decisión firme. La reticencia de Díaz a discutir el tema es quizás el golpe más duro para Montero, a quien se le ha negado una plataforma para defenderse.

A pesar de las protestas y el apoyo de su partido, el papel de Montero dentro de Sumar se ha reducido a un mero simbolismo. El partido, a pesar de sus mejores esfuerzos, parece resignado a aceptar el veto de Montero, asumiendo un «papel modesto» dentro de la coalición.

Un mensaje «peligroso» y un triunfo para la derecha

El veto a Montero no solo representa una decepción personal para ella, sino también un mensaje preocupante para la izquierda y el movimiento feminista. La decisión de excluir a Montero parece jugar en manos de las fuerzas conservadoras, que pueden ver este movimiento como una victoria sobre la izquierda progresista y el feminismo.

Esta decisión no solo afecta a Montero, sino que envía un mensaje escalofriante a todas las mujeres en la vanguardia de la lucha feminista. Se puede interpretar como un retroceso para los avances feministas, con el efecto no deseado de desalentar a quienes luchan por la igualdad y la justicia social.

El apoyo incondicional de Podemos a Montero

A pesar del revés, Montero ha recibido un apoyo incondicional de su partido, Podemos se niega a abandonar a Montero. Ione Belarra, la secretaria general del partido, ha expresado su «inmenso orgullo» por el trabajo de Montero en el Ministerio de Igualdad y ha reafirmado su papel indispensable en el futuro del partido.

Podemos y el futuro incierto

El veto a Montero llega en un momento de inestabilidad para Podemos, que ha visto su apoyo disminuir en las elecciones recientes. El partido se ha desvanecido en la escena política, perdiendo su presencia en gobiernos de coalición autonómicos y en instituciones como la Comunidad de Madrid y el parlamento autonómico valenciano.

Con la convocatoria electoral adelantada, Podemos ha tenido que pactar rápidamente con la vicepresidenta segunda para formar una coalición con Sumar. La presión para formar una coalición puede haber contribuido a la decisión de vetar a Montero.

Montero, la feminista «imparable»

A pesar de todo, Montero se mantiene firme en su compromiso con el feminismo. Montero reafirma su creencia de que el feminismo es una «fuerza imparable», sin importar los obstáculos que encuentre en su camino. No se intimida ante la reacción y la extrema derecha, prometiendo que las feministas no aceptarán las «reglas del juego» de estas fuerzas.

Montero ha defendido las conquistas de su Ministerio, incluyendo la ley del ‘solo sí es sí’, la ley trans, la reforma de la ley del aborto y la renovación del pacto de Estado contra la violencia de género.

Una lucha que continúa

La historia de Montero es, en muchos sentidos, la historia del feminismo y de la izquierda en la España actual. Es un relato de desafíos y triunfos, de luchas y decepciones. Aunque Montero se ha encontrado con un obstáculo, la lucha por la igualdad y la justicia continúa. Porque como bien dice Montero, el feminismo es una «fuerza imparable».