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Yevgeni Prigozhin detiene la marcha de Wagner hacia Moscú: Lukashenko clave

Miguel Castillo

24 de junio de 2023 | 8:45 pm

La tensión se desborda en las fronteras rusas. La situación se agravó cuando miles de mercenarios se sublevaron contra el gobierno ruso, acusándolo de un violento ataque contra uno de sus campamentos en Ucrania. Sin embargo, un reciente giro de los eventos sugiere un cambio en la dinámica del conflicto.

A la sombra de Lukashenko

Yevgeni Prigozhin, líder del Grupo Wagner, anunció el cese de la marcha militar hacia Moscú, también conocida como la Marcha de la Justicia, gracias a la mediación del presidente bielorruso Alexander Lukashenko. Esta maniobra no solo previno una escalada inminente del conflicto, sino que también pone de manifiesto el papel crucial de Lukashenko como mediador en el intrincado escenario geopolítico.

Según Prigozhin, la marcha comenzó el 23 de junio cuando se encontraban a casi 200 kilómetros de Moscú. Afirmó que no se había derramado «ni una sola gota de sangre de nuestros combatientes», y que ahora era el momento en que «se podría derramar sangre rusa».

Las palabras de Prigozhin

«Comprendemos la responsabilidad de este derramamiento de sangre rusa de una de las partes y vamos a dar marcha atrás a nuestros convoyes y a regresar a los campamentos según el plan«, anunció Prigozhin. Este giro inesperado en los eventos proviene de la aceptación de la propuesta de Lukashenko de «detener el movimiento del personal armado de la empresa Wagner en Rusia y adoptar nuevos pasos para reducir la tensión».

Lukashenko, después de obtener la aprobación del presidente ruso, Vladimir Putin, fue instrumental en las negociaciones. Los intercambios resultaron en un consenso de que es «inadmisible desatar una masacre sangrienta en el territorio de Rusia», lo que resultó en la aceptación de la propuesta de Lukashenko por parte de Prigozhin.

Un día de alta tensión

La amenaza era real. El grupo de mercenarios Wagner, quienes se sublevaron contra la cúpula militar rusa, se encontraban a solo 340 kilómetros de Moscú. Para contrarrestar el avance, el Ejército ruso comenzó a cavar zanjas en las carreteras de Lípetsk. Prigozhin acusó directamente a la oligarquía rusa y al Ministerio de Defensa, más concretamente a Serguéi Shoigú, de engañar al presidente para invadir Ucrania.

La organización Wagner denunció un ataque con misiles efectuado por el Ejército ruso contra sus campos de entrenamiento. La respuesta del Ministerio de Defensa fue un rechazo categórico de la acusación y una llamada a los mercenarios a regresar a sus cuarteles, garantizando su seguridad si lo hacían.

Respuesta de Putin

El presidente ruso, Vladimir Putin, no se mantuvo al margen. Calificó la sublevación de los mercenarios como una traición, afirmando que «el que organizó y preparó la rebelión militar traicionó a Rusia y responderá por eso». Putin aseguró que las acciones para defender a la patria de esta amenaza serán «durísimas» y que los responsables serán llevados ante la justicia.

Esto no ha terminado

Este incidente pone de relieve la volatilidad de la situación en las fronteras rusas y la importancia del diálogo y la mediación en la resolución de conflictos. La decisión de Prigozhin de dar marcha atrás a la marcha de Wagner es un recordatorio de que incluso en las situaciones más tensas, la paz es una opción viable y necesaria. Con una crisis interna en pleno desarrollo, queda por ver cómo se desarrollarán los próximos capítulos de esta historia.

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