17 de mayo de 2024 | 3:58

Bilbao

Renfe no tiene piedad entre Abaroa y Santurtzi

Laura Rangel Ybarra

12 de septiembre de 2023 | 2:00 pm

Renfe en Bilbao: Entre la romántica expectativa y la realidad de la puntualidad.

En el vasto mundo de los viajes, el tren siempre ha sido considerado una de las formas más confiables y eficientes de moverse. Aunque la imagen romántica de viajar en tren puede evocar paisajes en movimiento y vagones confortables, la realidad, especialmente en Bilbao, puede ser menos poética. La puntualidad es un tesoro que, a veces, parece eludir a Renfe, dejando a los viajeros entre el suspiro de un tren y el silbido del siguiente.

Los minutos que marcan la diferencia

En la estación de Abaroa, cada mañana los viajeros esperan el tren C1 de las 6:16 h, que les llevará a Bilbao. Es una rutina diaria para muchos, pero hay un detalle que se repite con frecuencia: el retraso.

Cuando el tren finalmente llega y los pasajeros desembarcan, tienen ante sí un nuevo desafío: el tren C2 de las 6:33 h con destino a Santurce. Si el C1 llega tarde, el tiempo para cambiar de tren se reduce drásticamente.

Un silbido que resuena

El eco de ese silbido, el que marca la partida del tren, ha sido el telón de fondo de muchas carreras matutinas en la estación de Bilbao. Es el sonido que resuena con frustración entre quienes han corrido desde el tren C1 al C2, solo para ver cómo las puertas se cierran ante sus narices.

Gestión: Entre la eficiencia y el descontento

La eficiencia en la gestión del transporte es crucial para mantener la confianza de los usuarios. Sin embargo, cuando un tren llega tarde con regularidad y afecta la conexión con otro, la percepción de la gestión se ve empañada. A esto se suma la sensación compartida por muchos viajeros de que se les deja en tierra deliberadamente.

Las carreras, los silbidos y las puertas que se cierran pueden percibirse no solo como una mala gestión sino también como una falta de consideración hacia los pasajeros.

La respuesta de Renfe

Aunque Renfe no ha emitido una respuesta oficial sobre esta situación específica, es crucial que la empresa tome medidas para rectificar estos inconvenientes. Ya sea ajustando los horarios, asegurándose de que haya más tiempo entre conexiones o simplemente esperando unos minutos adicionales para permitir que los pasajeros cambien de tren, hay varias soluciones posibles.

Es esencial que Renfe entienda las frustraciones de sus usuarios y trabaje para mejorar la experiencia de viaje. Los viajeros merecen un servicio confiable y eficiente, y cualquier percance en la gestión puede afectar la reputación de la empresa.

La necesidad de cambio

Viajar en tren debería ser una experiencia placentera y eficiente. Los retrasos y las conexiones perdidas son más que inconvenientes: afectan la vida diaria de las personas. Las empresas como Renfe tienen la responsabilidad de garantizar un servicio de calidad, y es fundamental que tomen medidas para abordar estos problemas. Los viajeros merecen más que tener que correr de un tren a otro. Merecen puntualidad, respeto y consideración.

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