Hallada muerta joven ocupa de Santurtzi

Alba, una joven de 27 años, madre de dos niñas, y figura central en la controversia de los pisos ocupados en Santurtzi, fue encontrada sin vida en el parque de la escuela de música de la misma localidad. La noticia ha dejado un sabor amargo en una comunidad que aún no termina de asimilar los sucesos recientes relacionados con el mencionado «narcopiso».

Hallazgo del cadáver: sin signos de violencia

El cuerpo sin vida de Alba fue descubierto ayer por la tarde, un hallazgo que ha dejado en shock a la población de Santurtzi. La investigación preliminar del caso no ha encontrado signos de violencia en el cadáver, aumentando el misterio en torno a las circunstancias de su muerte. A la espera de los resultados de la autopsia, la causa exacta de su fallecimiento sigue siendo un enigma.

Una madre en búsqueda de una segunda oportunidad

Alba era madre de dos hijas de corta edad que actualmente se encuentran bajo la custodia de la Diputación. En una entrevista con Tele7 tras su salida del piso de Santa Eulalia, Alba reveló su deseo de tener un hogar propio para poder recuperar la custodia de sus hijas. Esta declaración fue un claro llamado de ayuda, un grito desesperado en busca de una segunda oportunidad.

La polémica del «narcopiso» de Santurtzi

La historia de Alba se entrelaza con la del polémico «narcopiso» de Santurtzi. Junto con otros dos ocupas, Alba se hizo residente de este inmueble, causando durante meses importantes problemas de convivencia a los vecinos. Sin embargo, tras su desalojo, Alba anhelaba un cambio de vida, una oportunidad para demostrar que podría ser una mejor madre para sus hijas.

Un final inesperado: reflexión y cambio

La trágica muerte de Alba pone de manifiesto la complejidad de la problemática de la ocupación y su intersección con problemas sociales como la drogadicción, la pobreza y la marginación. Su historia, aunque trágica, abre el diálogo sobre la necesidad de políticas de vivienda más inclusivas, programas de rehabilitación más eficaces y, sobre todo, un mayor compromiso social con aquellos que están en situaciones de vulnerabilidad.

La muerte de Alba es una llamada de atención para Santurtzi y para toda nuestra sociedad. Es momento de reflexionar y buscar soluciones para que historias como la de Alba no vuelvan a repetirse. Es necesario que se preste atención a los gritos silenciosos de ayuda, antes de que sea demasiado tarde.