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El futuro de Telefónica

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Jesús Carames

12 de septiembre de 2023 | 6:10 am

Telefónica, uno de los pilares empresariales españoles, ha vuelto a ocupar el centro de atención tras la entrada sorpresa de Arabia Saudí en su accionariado. Una movida que ha desatado no solo preocupaciones económicas, sino también políticas. Pero, ¿cómo se llegó a este punto? Y más importante aún, ¿cuál es el verdadero estado de Telefónica en la actualidad?

La jugada saudí: más que una inversión estratégica

La reciente adquisición del 10% de Telefónica por parte de Arabia Saudí, específicamente a través de su operadora STC, ha elevado las alarmas en varios sectores de la sociedad española. No se trata solo de una mera operación financiera, sino también de un claro movimiento estratégico. Recordemos que la operadora saudí STC es controlada por el fondo soberano Public Investment Fund (PIF), cuyo líder es el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán. Y mientras Arabia Saudí diversifica sus inversiones a nivel global, Telefónica aparece como una oportunidad dorada, especialmente considerando la reducción en el valor de sus acciones en los últimos años.

La gestión de Álvarez-Pallete: en el ojo del huracán

Desde que José María Álvarez-Pallete tomó las riendas de Telefónica en 2016, la cotización de la empresa ha sufrido una caída de casi el 60%. Esta situación, evidentemente, ha provocado inquietudes y críticas sobre su gestión. Si bien la competencia en el sector de telecomunicaciones ha sido feroz, resulta difícil no cuestionar las decisiones tomadas en el seno de la empresa. Desde la fuerte inversión en derechos de televisión para el fútbol hasta las alianzas con plataformas como Netflix, las estrategias de la operadora española parecen no haber rendido los frutos esperados.

Telefónica en España: entre la competencia y el oligopolio

Mientras que a nivel global Telefónica enfrenta desafíos de magnitud, en España la situación es particularmente compleja. Las cifras son claras: la empresa controla el 34,19% de las líneas fijas de banda ancha y el 27,5% del mercado móvil. Sin embargo, el entorno competitivo ha llevado a la empresa a lanzar ofertas agresivas, erosionando aún más sus márgenes. La competencia, lejos de ser un estímulo, se ha convertido en un lastre para la compañía.

El plan estratégico de 2019: ¿éxito o fracaso?

Uno de los momentos claves de la gestión de Álvarez-Pallete fue el anuncio de su plan estratégico en 2019. Si bien hubo movimientos acertados, como la fusión de O2 con Virgin Media en el Reino Unido, otros aspectos del plan no han logrado el impacto deseado. Por ejemplo, Telefónica Tech, diseñada como una unidad de negocio enfocada en áreas de alto valor añadido como ciberseguridad y cloud computing, no ha alcanzado las cifras proyectadas.

Mirando al futuro: los retos de Telefónica

Con la entrada de Arabia Saudí en su accionariado y los desafíos financieros que enfrenta, Telefónica se halla en una encrucijada. La gestión de Álvarez-Pallete, sometida a escrutinio, tendrá que demostrar su capacidad para navegar en estas aguas turbulentas. La historia de Telefónica está lejos de cerrarse, pero lo que es seguro es que los próximos capítulos serán cruciales para definir el destino de esta emblemática empresa española.

La apuesta de Telefónica Infra

Telefónica Infra, surgida como una pieza angular en la estrategia de diversificación y consolidación de los activos más robustos de la empresa, no ha logrado estar exenta de retos. Desde su concepción, esta filial prometió aportar valor añadido a la oferta de la compañía y generar flujos de efectivo adicionales.

La promesa de los cables submarinos

El cableado submarino siempre ha sido un elemento fundamental para garantizar las conexiones transcontinentales. Telefónica, a través de su filial, gestiona alrededor de 100.000 kilómetros de cables, posicionándose como uno de los actores clave en esta industria. Sin embargo, con el auge de nuevas tecnologías y la competencia de empresas especializadas, la supremacía de esta infraestructura está en juego.

La consolidación de los data centers

En un mundo impulsado por los datos, el valor de un buen data center no puede ser subestimado. Con la creación de Telefónica Infra, la empresa esperaba capitalizar la creciente demanda de almacenamiento y procesamiento de datos, ofreciendo soluciones de alojamiento y conectividad de alta calidad. Aunque han logrado una posición respetable en el mercado, rivales con una presencia global más fuerte, como Amazon Web Services o Microsoft Azure, presentan una competencia feroz.

Un giro hacia la sostenibilidad

Uno de los pilares menos discutidos, pero quizás más relevante a largo plazo, de la estrategia de Telefónica ha sido su enfoque en la sostenibilidad. En la era del cambio climático y la responsabilidad corporativa, las empresas que no adopten medidas ecológicas proactivas corren el riesgo de quedar atrás, no solo en términos de imagen, sino también en la captación de inversores conscientes del impacto ambiental.

Telefónica ha realizado inversiones significativas en energías renovables, con el objetivo de alimentar sus operaciones con un 100% de energía limpia en un futuro cercano. Además, la compañía se ha comprometido a reducir sus emisiones de carbono, con planes ambiciosos de ser carbono neutral en las próximas décadas.

Un futuro incierto pero prometedor

Pese a las dificultades actuales y el desafío de adaptarse a un mercado en constante evolución, Telefónica sigue siendo una de las principales empresas de telecomunicaciones en el mundo. La compañía tiene un legado de más de un siglo, y esta experiencia es su principal fortaleza. Si bien es cierto que la era digital presenta desafíos inauditos, también ofrece oportunidades que, si se aprovechan adecuadamente, pueden llevar a la empresa a una nueva era dorada.

El papel de José María Álvarez-Pallete como líder de la organización será fundamental en la definición de este futuro. Su capacidad para adaptarse, innovar y liderar a su equipo en esta nueva década será clave. Las decisiones tomadas ahora, en medio de una tormenta de desafíos y oportunidades, definirán el rumbo de Telefónica en el futuro.

Además, no podemos olvidar el valor intangible pero palpable de la marca. En el corazón de muchos españoles, Telefónica sigue siendo sinónimo de comunicación y conexión. La confianza y lealtad construidas durante décadas pueden ser el salvavidas que necesita la compañía en estos tiempos inciertos.

Conclusión

Las telecomunicaciones son la columna vertebral de nuestra era digital, y en este ámbito, Telefónica se ha establecido como una entidad indiscutible. Sin embargo, como en cualquier juego de ajedrez empresarial, una posición dominante en el presente no garantiza un futuro seguro.

El panorama de las telecomunicaciones está siendo redefinido constantemente. Las tecnologías emergentes, como el 5G, la Inteligencia Artificial y el Internet de las Cosas (IoT), están remodelando el modo en que concebimos la comunicación. A ello se suma la presión de nuevos competidores y startups que, con modelos de negocio ágiles y enfoques disruptivos, amenazan con desplazar a los gigantes establecidos.

No obstante, Telefónica no es una novata en enfrentar y superar adversidades. Su larga historia está plagada de momentos en que ha tenido que adaptarse, reinventarse y evolucionar. Esta capacidad de resiliencia y adaptabilidad es, en esencia, lo que podría garantizarle un lugar en el futuro del sector.

La confianza de sus clientes, ganada a lo largo de los años, es otro activo invaluable. Aunque esta confianza es una ventaja, también es una responsabilidad. En un mundo donde la privacidad y la seguridad de los datos son cada vez más críticas, las empresas de telecomunicaciones deben asegurar que sus clientes estén protegidos. Aquí, Telefónica tiene una oportunidad: convertirse en el estandarte de confianza y seguridad en el ámbito digital.

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