19 de mayo de 2024 | 1:44

Bilbao

El colegio Tiboli de Bilbao sigue con accesos tercermundistas

La calle Tiboli en Bilbao enfrenta un colapso durante la salida escolar

Jeickson Sulbaran

3 de noviembre de 2023 | 12:30 pm

En pleno corazón de Bilbao, el colegio Tiboli se erige como un símbolo contradictorio de la educación moderna enfrentando una problemática que desdice del progreso urbanístico de la ciudad: la precariedad de sus accesos. Pese a las reiteradas súplicas de la comunidad escolar, los padres se encuentran con una barrera insalvable al momento de recoger a sus hijos, tras la jornada educativa.

Congestión y Peligro: Una Rutina Diaria

El desafío comienza a las 16:15, cuando la campana del colegio anuncia el fin de las clases. La imagen es caótica: una marea de niños y niñas busca entre la multitud el rostro familiar que les guiará a casa. En ese instante, la acera se convierte en un estrecho canal por donde es imposible transitar. La alternativa de esperar al otro lado de la vía, o incluso en la carretera, se torna en una constante que no solo supone una odisea logística, sino que entraña serios riesgos para la seguridad vial.

Soluciones Propuestas y el Silencio Administrativo

La comunidad educativa, lejos de permanecer pasiva, ha generado un conjunto de soluciones prácticas. Se propuso la modificación de la infraestructura vial, específicamente la reubicación del tráfico a través de la calle Castaños. Además, durante el tiempo en que un andamio ocupó parte de la vía, se comprobó que la instalación de un semáforo temporal podía regular la situación sin mayores consecuencias. Sin embargo, la respuesta del Ayuntamiento ha sido un contundente silencio.

Un Estudio Sin Eco

Los informes elaborados por la administración local, realizados a principios de año, cerraron la puerta a estas iniciativas, arguyendo inviabilidad técnica y perjuicio para el transporte público. No obstante, la falta de comunicación ha sido el denominador común en este asunto. La ausencia de retorno sobre los estudios efectuados, ni siquiera para justificar las decisiones tomadas, ha sumido a los padres en una nebulosa de incertidumbre y desatención.

Movilización y Respuesta Social

El curso pasado, la inacción municipal condujo a la organización de una manifestación en mayo, y se prevé la continuación de estas medidas con la instauración de una mesa informativa y recogida de firmas. La implicación de los padres ha sobrepasado el ámbito de la queja para adentrarse en la acción cívica, uniendo fuerzas en la búsqueda de una solución tangible.

La Seguridad, en el Limbo

La situación alcanzó un punto álgido con la reciente multa a uno de los padres, desencadenando un conflicto con la patrulla policial. Este suceso no es más que la punta del iceberg de un problema estructural que pone en jaque la integridad física de los alumnos y sus familias.

Conclusiones y Perspectivas a Futuro

La comunidad del colegio Tiboli no claudica en su lucha por un acceso seguro y adecuado que garantice no solo la integridad física de los estudiantes sino también la tranquilidad necesaria para un proceso educativo sin sobresaltos. La exigencia es clara: se demanda un diálogo abierto y constructivo con las autoridades municipales. La paciencia de los padres tiene un límite, y el bienestar de los niños debería ser la prioridad absoluta en la agenda política local.

En este contexto, la visión de un colegio rodeado de condiciones que recuerdan a escenarios de subdesarrollo resulta inadmisible. Bilbao, una ciudad de gran prestigio en el ámbito urbanístico y cultural, tiene el deber de resolver este entuerto, transformando los accesos del colegio Tiboli de un vestigio de negligencia en un ejemplo de eficiencia y seguridad.

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